Una mañana de verano, madrugando para ir a trabajar desde el pueblo, por el retrovisor vi que empezaba a amanecer. Lo prometo, era casualidad, llevaba la cámara de fotos y decidí pararme a hacer unas fotos, a ver que salía.
Las saqué en color, las saqué en sepia, las saqué en blanco y negro; en total sacaría unas seis o siete fotos, aquí os pongo las que a mi más me gustaron.
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